¡VEN Y VERÁS!

 

La educación, un reto compartido

‘Hace falta una tribu entera para educar a un niño’, reza un dicho africano y nos lo ha recordado el Papa Francisco en el pacto global por la educación que está impulsando para afrontar los retos de la sociedad.

En esa tribu estamos incluidos todos –padres y madres, profesores y alumnos, equipos directivos y Administración educativa-. Todos somos necesarios y juntos hemos de trabajar para educar a los niños y jóvenes de nuestra sociedad, en un espíritu de colaboración y complementariedad.

‘Ven y verás. Educación’ quiere ser un puente que, desde iniciativas concretas, ponga a toda la comunidad educativa a trabajar juntos de una manera ilusionada e ilusionante. Necesitamos de la sabiduría de los maestros que nos orienten con su experiencia, de la fuerza de los jóvenes que nos saquen de nuestra comodidad, de la ilusión de los niños que nos renueven la esperanza, del buen hacer de las Administraciones públicas, que pongan los recursos económicos suficientes al servicio de la educación, de los equipos directivos que conjuguen lo mejor de nuestras energías, de los profesores que nos enseñen a aprender.

Esta unidad de toda la comunidad educativa nos ayudará a afrontar los retos de nuestra sociedad actual (la pluralidad en la convivencia, el cuidado de la casa común, el cambio vertiginoso de modelos de sociedad y de economía…) y facilitará el crecimiento y maduración de los jóvenes que construyan la sociedad del futuro.

 

Libertad y pluralidad en la educación

‘Ven y verás. Educación’ quiere poner especialmente en valor el papel decisivo de los padres y madres en la educación de sus hijos. Porque los padres son los principales educadores de sus hijos.

Por eso mismo queremos también expresar la necesidad de que haya pluralidad y libertad para elegir distintos modelos educativos, que respeten las opciones que los padres tienen para la educación de sus hijos. Porque la pluralidad en la educación es una riqueza para todos. Porque creemos en una escuela donde quepamos todos sin tener que renunciar a ser nosotros mismos.

Esta pluralidad se concreta en la posibilidad de elegir tipo de centro educativo (público, concertado o privado), en la acogida de las diversas concepciones morales y religiosas de las familias, en el respeto a la opción de los padres por los centros de educación especial… Y en una participación activa de las familias en la vida de los centros educativos.

Deseamos un sistema educativo de calidad, tanto en la red pública como en la concertada, que dé a todos nuestros hijos la oportunidad de dar lo mejor de sí mismo y aportarlo a la sociedad, sea cual sea su estatus socioeconómico.

Y para ello necesitamos estabilidad y consenso en la educación por parte de nuestros políticos, escuchando a los profesores y a las familias, porque tenemos mucho que aportar en la educación de nuestros hijos. Porque estamos, en verdad, entusiasmados con la educación.